lunes, 21 de marzo de 2011

La senda del traductor novel (2): Pros y contras de ser autónomo


En mi anterior entrada reflexioné sobre las dos preguntas que cualquiera que quiera dedicarse a la traducción debería plantearse antes de dar ese gran paso: por un lado, meditar si realmente quiere ser traductor y lidiar con todo lo que ello conlleva y, por otro lado, una vez aclarada la cuestión anterior, decidir si prefiere buscar un trabajo en plantilla o lanzarse directamente a la aventura de ser autónomo. Hoy os traigo la segunda parte de esa reflexión: ¿qué ventajas e inconvenientes tiene trabajar como traductor autónomo?
Las ventajas seguramente las tenemos claras desde el principio: no tener jefe, no tener un horario fijo, no tener que aguantar a compañeros insoportables, no tener que salir de casa para trabajar, poder hacer lo que nos dé la gana cuando nos dé la gana… Sin embargo, aunque pueda parecerlo, esto no es jauja, y cada una de esas ventajas tiene un pero que, a priori, puede no estar tan claro como el pro. Veámoslos.
  • No tener jefe. Efectivamente, no tenemos a nadie que nos diga lo que debemos hacer o a quien le tengamos que rendir cuentas. Nosotros somos nuestros propios jefes, y eso parece (y es) un alivio. Sin embargo, hay que tener clara una cosa: si no tenemos a nadie que nos diga qué hacer, somos nosotros mismos quienes tenemos que obligarnos a hacer las cosas, lo cual exige una tremenda disciplina. Debemos imponernos un horario de trabajo, planificar bien las tareas, gestionar bien el tiempo. Si caemos fácilmente en la tentación de quedar con los amigos, echarnos una partidita a la PlayStation o engancharnos al programa de cotilleos que en ese momento estén poniendo en la tele, vamos por mal camino. Además, aunque no tengamos que rendirle cuentas a un jefe, sí tendremos que rendirles cuentas a nuestros clientes si metemos la pata en un trabajo o lo entregamos con retraso.
  • No tener horarios. Cierto es que cada uno puede establecer su horario de trabajo conforme a sus preferencias, sus circunstancias personales y su rendimiento (hay personas que trabajan mejor de noche que de día, por ejemplo). Pero no es menos cierto que, cuando tienes un plazo de entrega que cumplir, hay poco margen para ajustar el horario de trabajo según nuestros deseos. Además, conviene que nuestra jornada laboral coincida con la de nuestros clientes (obviamente, los que se encuentran en nuestra misma zona horaria) por si tenemos que comunicarnos con ellos o ellos quieren ponerse en contacto con nosotros, lo cual nos obliga por lo general a establecer un horario de oficina. En cualquier caso, por motivos prácticos y para preservar nuestra salud física y mental, es recomendable imponerse un horario de trabajo fijo y regular y cumplirlo a rajatabla siempre que se pueda, con el fin de evitar las jornadas laborales interminables, el trabajo en fin de semana y todas esas incomodidades que a nadie le gustan.
  • No tener compañeros de trabajo. Esta es un arma de doble filo: no tenemos que aguantar a compañeros insoportables, pero tampoco tenemos a nadie con quien hablar y relacionarnos directamente, cara a cara. A quien le guste la soledad no le importará, pero puede hacerse muy cuesta arriba para los traductores más sociables. Además, que no tengamos que lidiar con compañeros pesados no significa que no tengamos que lidiar con clientes pesados, que los hay.
  • No tener que salir de casa para trabajar. La mayoría de los traductores autónomos trabajamos desde/en casa, lo cual es muy cómodo porque tu puesto de trabajo está a solo unos pasos de la cama y, por tanto, no hace falta levantarse dos horas antes de empezar a trabajar ni chuparse una hora de atasco todos los días para ir y volver del trabajo, como tampoco vestirse, afeitarse, peinarse adecuadamente y esas cosas que conviene hacer antes de presentarse ante el mundo exterior. Sin embargo, el hecho de que nuestra oficina esté dentro de casa (a veces, incluso, no tenemos ni siquiera un espacio de trabajo claramente diferenciado del resto de nuestro hogar), también hace difícil separar la vida laboral de la personal y es muy fácil caer en la tentación de estar las 24 horas del día pendiente del trabajo, del ordenador, del correo electrónico, de las tareas profesionales pendientes, etc. A este respecto os recomiendo leer el artículo de Verónica García «Trabajar en casa puede ser una odisea».
  • Inseguridad/incertidumbre. Este punto es fundamental: si no eres capaz de soportar la idea de no saber cuándo te saldrá trabajo ni la inseguridad de no tener un salario fijo a fin de mes, estás perdido. Si no sabes convivir con esa incertidumbre, estás condenado a vivir angustiado mientras seas freelance (puede sonar duro, pero es así). No obstante, esto tiene su parte positiva: un trabajador asalariado no cobra más aunque se deslome, pero un autónomo siempre puede facturar más que el mes anterior si trabaja más o mejor. Si las cosas van bien, un traductor freelance suele ganar bastante más dinero que un traductor en plantilla.
  • Variabilidad/irregularidad del trabajo («feast or famine»). Hay épocas en las que nos sobra el trabajo y apenas damos abasto para atender las demandas de todos los clientes y otras en las que parece que nadie se acuerda de nosotros. Hay que saber convivir con esa irregularidad del flujo de trabajo y aprender a compensar las etapas de sequía con las etapas de bonanza (y esto incluye ahorrar y crear un fondo de reserva que nos permita afrontar nuestros gastos cuando el trabajo escasea). Además, las rachas de poco trabajo pueden aprovecharse para hacer todo aquello que no podemos hacer cuando estamos hasta arriba de encargos: buscar nuevos clientes, mejorar nuestra formación, relajarse, etc.
  • El autónomo corre con todos los gastos de su actividad profesional, incluida la cotización a la Seguridad Social. A cambio, puede desgravarse los gastos profesionales.
  • Las vacaciones y los días libres no están remunerados. Un día sin trabajar supone un día sin cobrar y el riesgo de perder encargos o incluso clientes, pero a cambio tenemos total flexibilidad para irnos de vacaciones cuando y cuanto queramos (en cuyo caso es conveniente informar con tiempo a nuestros clientes habituales).
Así es la vida del traductor autónomo. Como cualquier otro trabajo, tiene sus ventajas e inconvenientes, pero os aseguro que, si sabéis afrontar y capear los contras, la libertad que se obtiene es muy gratificante y adictiva. Yo creo que una vez que has probado las mieles (y las hieles) de ser autónomo, es muy difícil desengancharse.

Isabel García Cutillas



domingo, 20 de marzo de 2011

La senda del traductor novel (1): ¿realmente quieres ser traductor?


Terminar la carrera, sea cual sea, siempre da miedo, pues supone un cambio importante en la vida de cualquier persona: de repente dejamos de ser estudiantes, abandonamos un estilo de vida que ha durado años y años y nos vemos abocados al mercado laboral, enfrentados a la realidad de quien tiene que buscarse las habichuelas para subsistir. Y eso da miedo porque es algo nuevo que, por lo general, nunca hemos hecho antes (o, al menos, no a tiempo completo), y no sabemos por dónde empezar. En ese momento parece que lo único que sabemos hacer en la vida es estudiar.

Pues bien, después de este concienzudo análisis psicológico existencial, viene la gran pregunta, la cuestión que cualquier recién licenciado en Traducción debería plantearse antes de dar cualquier paso. Es un interrogante fundamental, lógico, obvio, y, sin embargo, estoy segura de que la mayoría de los traductores en ciernes no se lo formulan: ¿realmente queremos ser traductores y ganarnos la vida con ello?

Hay muchas personas que estudian Traducción e Interpretación por el simple hecho de que les gustan los idiomas, lo cual está muy bien, pero para ser traductor no te tienen que gustar los idiomas, te tiene que gustar traducir y todo lo que ello conlleva. Si no nos seduce la idea de pasar horas sentados delante del ordenador, batallando con términos que desconocemos y cuyo significado no encontramos por ninguna parte, bregando con el programa informático de turno que se nos ha colgado o que parece tener vida propia y no hace lo que queremos que haga, lidiando con clientes que lo quieren todo «para mañana» (o, mejor aún, para ayer), es mejor que nos dediquemos a otra cosa. Como cuenta Olli Carreira en este artículo, hay muchas alternativas laborales para un traductor.

Para decidir si queremos ejercer de traductores conviene definir cómo es realmente la profesión del traductor y desmitificar las creencias que parecen haberse instalado en la sociedad acerca de este oficio. La idea del traductor que trabaja en la ONU o en la Comisión Europea, o bien que traduce libros, que disfruta con cada texto que traduce porque es superinteresante, que viaja mucho, que es cosmopolita, que lleva una vida bohemia y relajada, es total o parcialmente infundada. La realidad es mucho menos idílica: la mayoría de los traductores vivimos de traducir textos más prosaicos, como contratos, manuales de instrucciones de aparatos varios, páginas web de empresas, informes financieros, material publicitario, etc.; estamos todo el día enclaustrados en casa (o en la oficina), sentados delante del ordenador 8, 10 o 12 horas (o las que cada cual considere oportunas según sus circunstancias personales y su resistencia física y mental), tecleando a toda velocidad para terminar esa dichosa traducción (técnica, médica, jurídica, financiera) que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado y cuyo plazo de entrega se nos está echando encima. Bueno, claro está que nuestro trabajo no siempre es así, y quizá estoy exagerando un poco, pero este panorama se ajusta más a la realidad que el concepto de traductor como espécimen humanista que traduce libros o que trabaja en una organización internacional de altos vuelos.

Si después de reflexionar sobre todo esto todavía nos quedan fuerzas y ánimos para ser traductores y tenemos claro que ese es nuestro camino en la vida, el siguiente paso debería ser decidir si queremos trabajar en plantilla o como autónomos (freelance). Pablo Muñoz, en su blog Algo más que traducir, publicó un excelente artículo sobre este tema. Seguramente lo ideal sería empezar como traductor en plantilla (en una agencia de traducción o en una empresa con un equipo de traductores propio) para contar con un sueldo y un horario fijos y tener compañeros a los que poder consultar todas las dudas que tengamos, que supervisen nuestro trabajo y revisen nuestras traducciones. Sin embargo, la mayoría de los traductores somos autónomos: unos empiezan compaginando este trabajo con otro empleo por cuenta ajena hasta que tienen una cartera de clientes lo bastante sólida como para ser autónomos a jornada completa; otros, como yo, empezamos directamente siendo autónomos las 24 horas del día, aunque para esto es imprescindible contar con un respaldo financiero que nos permita salir adelante durante los primeros meses, cuando la actividad todavía no es (muy) rentable. Y es que ser autónomo tiene muchas ventajas, pero también unos cuantos peros.  

Isabel García Cutillas



jueves, 17 de marzo de 2011

Actualidade e Relevância da Língua Portuguesa

por Marcello Duarte Mathias


No mundo interdependente que é hoje o nosso, constituído por diferentes centros de gravidade, que são outros tantos pólos de identidade e irradiação, as questões culturais têm vindo a assumir relevância crescente e merecido por parte de conhecidas instituições internacionais, como o Conselho da Europa e a UNESCO, uma larga reflexão.

É natural que assim seja. A par do fenómeno da globalização que está longe de se circunscrever, como é sabido, aos movimentos económicos e financeiros, tem-se notado uma reacção tendente à defesa e valorização de tudo aquilo que a progressiva uniformização do mundo ameaça comprometer, diluir ou apagar. Porque a cultura no sentido amplo, nela se incluindo evidentemente a língua, é por igual confronto, definindo-se também pela vontade de hegemonia de alguns que procuram encontrar nesse campo terreno propício à sua influência. É esta uma realidade que não deve ser esquecida ou escamoteada, já que nada no mundo de hoje é seguro ou imutável.

Neste sentido, e para lá de tudo aquilo que compõe o pano de fundo da realidade internacional – as crises institucionais, os novos equilíbrios sociais, a erosão de certos valores ocidentais, o advento de um mundo multipolar prenhe de uma nova correlação de forças em numerosos domínios, a partilha de soberania no quadro da experiência política europeia, a aceleração dos meios de comunicação em termos informativos, para apenas citar alguns dos elementos de maior evidência e actualidade – a Língua Portuguesa, recordada, falada e escrita, ocupa um lugar primacial. E constitui, nestes tempos de mudança, para as oito Nações que compõem a Comunidade dos Países de Língua Portuguesa (CPLP), um factor de continuidade cuja legitimidade é inquestionável. Nela, em última instância, se radica o substrato essencial da nossa comum sensibilidade colectiva, sendo até para alguns o próprio cimento aglutinador da identidade nacional. Porque reflectir sobre a língua é, do mesmo passo, reflectir sobre determinado percurso histórico. Por outro lado, importa ter presente que no plano das relações externas é a língua que melhor confere visibilidade a uma cultura. São partes indissociáveis de um mesmo todo.

Não cabe aqui, no âmbito desta breve introdução, enumerar os vários objectivos (que constam, aliás, dos seus estatutos) e actividades desta nova Associação constituída em Junho de 2008, com a designação de Observatório da Língua Portuguesa – OLP. Importa, sim, sublinhar a ambição deste Observatório e o papel que lhe caberá desempenhar no tocante à promoção da Língua Portuguesa nos seus múltiplos aspectos, quer no contexto da cooperação entre instituições que a ela se dediquem, quer no domínio teórico da reflexão, bem como ainda no plano prático do seu ensino e divulgação. Ambição que se quer conjunta a todos os Estados-Membros da CPLP por força dos desafios que comporta e dos meios de que necessita, tornando indispensável uma política concertada no quadro internacional a favor da presença e protagonismo da Língua Portuguesa. Processo de convergência que é, ao mesmo tempo, processo de diferenciação.

Nesta perspectiva, a dimensão económica, comercial, científica, empresarial, tecnológica, reveste-se de considerável importância e poderá vir a revelar-se, para lá do que já se tem feito neste campo, um factor decisivo no estreitamento das relações entre os nossos oito países. Pode dizer-se, e a experiência tem-no demonstrado amplamente, que uma cooperação bem gerida em determinado sector abre a possibilidade de novos entendimentos a outras parcerias e metas, de que o profícuo relacionamento no plano político e diplomático tem sido um bom exemplo.

Estamos assim diante de um desígnio colectivo que merece ser aprofundado e consolidado por parte de todos aqueles que nele tenham intervenção ou exerçam responsabilidades, quer à escala oficial, quer a nível particular. Daí a relevância estratégica de uma melhor cooperação no quadro multilateral, que o mesmo é dizer ampliar o espaço de manobra a toda uma diversidade de aspectos e acções em que a língua detém posição privilegiada. Porque evocar a Língua Portuguesa é, naturalmente, ter presente os 250 milhões de habitantes que nela se exprimem, sem esquecer o estatuto de que beneficia como língua oficial em instituições internacionais, a exemplo da União Europeia, a União Africana ou o Mercosul.

Moeda de muitas faces, instrumento privilegiado de afirmação, a língua não deve ser considerada isoladamente. É antes parte de um todo na melhor acepção da palavra Cultura, entendida esta como criação e, por isso mesmo, como fonte de riqueza partilhada. Tanto assim que todos aqueles que se exprimem no mesmo idioma usufruem de uma comum identidade. Uma identidade aberta no seu pleno sentido, já que uma língua falada e escrita é, antes de mais, memória e percurso, mas também diálogo e encontro, e, sobretudo, criação permanente, de que o exemplo mais eloquente é a realidade linguística brasileira que, a cada passo, inova e se renova. Vivência colectiva que é um saber em permanente mutação, à semelhança de outras comunidades luso-falantes, nomeadamente em África, capazes também estas de incorporar novos dizeres e falares - interacção em forma de osmose que constitui um dos trunfos do idioma português. Aliás, neste quadro, para lá da contribuição à criação do Instituto Internacional da Língua Portuguesa, o Brasil merece uma menção honrosa por ter tido a louvável iniciativa de inaugurar em 2006, em São Paulo, o primeiro Museu da Língua Portuguesa, instituição bem expressiva dessa realidade espalhada pelos quatro cantos do mundo, que é ao mesmo tempo traço de união e elemento de comunicação à escala internacional.

Partilhar uma língua viva é multiplicar uma mesma mais-valia que a todos individualmente enriquece, porquanto se insere num processo dinamizador da influência de cada um isoladamente e de todos em conjunto. Síntese e cruzamento de civilizações, o mundo da Língua Portuguesa é, por isso mesmo, a par de um espaço cultural comum, uma comunidade de destino. É um legado que tem valor de coesão, constituindo uma obrigação acrescida para todos aqueles que nela comunicam.

Neste contexto, a sociedade civil, ou, melhor dizendo, as diferentes expressões que a compõem, têm um papel a desempenhar tão ou mais importante do que a acção dos governos.

Paralelamente, importa ter presente as várias áreas em que a promoção da Língua pode e deve ser aprofundada – a título de exemplo, a presença da Língua Portuguesa nos fora internacionais, o reforço da sua divulgação junto das comunidades emigradas ou no combate à iliteracia. Do mesmo modo, impõe-se repensar uma nova politica da Língua, que utilize o audiovisual e as novas tecnologias da comunicação. No tocante à RTP-África, é de toda a conveniência estabelecer uma programação, que corresponda melhor aos interesses e aspirações dos países destinatários.

Os Estados-Membros da Comunidade dos Países de Língua Portuguesa devem empenhar-se em mobilizar espíritos e vontades, fazendo valer o que os distingue dos demais e os aproxima uns dos outros sem prejuízo, evidentemente, da idiossincrasia própria a cada um dos países que a integram. Não se trata de nivelar diversidades linguísticas ou outras realidades, mas, sim, de estabelecer e prosseguir objectivos comuns em nome de uma fidelidade que a todos pertence e transcende. Fidelidade que sendo essencialmente raiz, é também um devir que os promove e projecta. O que se ambiciona, como já tem sido dito numa expressão feliz, é a unidade na diversidade. Porque assegurar a diversidade cultural é, de caminho, garantir a diversidade criadora, de que todos somos ao mesmo tempo interlocutores e tributários.

Nunca é demais repeti-lo: a Língua Portuguesa – essência intraduzível do que somos – é passaporte e singularidade, uma maneira de estar e um modo de ser. E uma forma de imaginar. Porque cada língua traz consigo uma saudade diferente e comporta uma diferente apreensão do tempo. Sim, património insubstituível, cada língua é também uma expressão civilizacional. Cabe-nos, a todos nós, alargar-lhe a audiência. Ou dito de outro modo, salvaguardá-la e prestigiá-la.



miércoles, 16 de marzo de 2011

Geopolítica da Língua

por Fernando Cristovão
Universidade de Lisboa

Elementos para uma Geopolítica da Língua.

Como palavra composta que é “geopolítica”, ela reflecte já na sua etimologia a união de dois vetores essenciais: o vetor geográfico que abrange um vasto território que vai da Geografia Descritiva à Geografia Humana enquanto influencia a política, e o vetor “política” que encerra as noções de estratégias de poder, conquista de espaços, mercados, alianças… por parte de um e vários estados.

Foi o economista e historiador sueco Rudolfo Kjellen quem criou o termo e a estratégia em 1899, distinguindo claramente a geopolítica das várias geografias, até mesmo da geografia política que a antecedeu de vários séculos, precisamente pelo seu carácter mais dinâmico e abrangente numa vontade expansionista de poder e de intervenção no teatro internacional.

Passando para a área cultural e linguística, o associar a geografia à política da língua tem consequências muito maiores do que o estabelecimento de paralelismos de atuação conquistadora em função dos espaços ou da História. Por isso, são, ou foram diferentes também, as estratégias de domínio e hegemonia, e adoptadas pelas diversas línguas e culturas.

Adotando, pois, algum paralelismo com os modelos de análise utilizados pela geopolítica, conformando-os com a natureza identitária e comunicativa da língua em sua dinâmica própria, é possível conciliar essas suas características com um projecto político de desenvolvimento e de expansão, ultrapassando e valorizando a receita clássica de Du Ballay que apostava quase tudo na “defense et illustration de la langue”.

Assim, iremos enunciar alguns pressupostos essenciais que podem fundamentar uma estratégia geopolítica da língua, servindo-nos de alguns modelos geopolíticos.
Antes de mais, considerando a relação:
  1. 1. Espaço – Poder
Desde o século XV que o sonho português de construir um Império se foi impondo à Realeza e ao Povo. Mais ainda, mitificado como uma realidade a suceder aos Quatro Impérios da Antiguidade, assinalados e, de algum modo, sacralizados pela Bíblia, que Camões assim vislumbrou, de longe, na Machina Mundi, ao evocar na estrofe 119 do Canto X a memória de S. Tomé, Apóstolo do Oriente, e ao interpelar o Gama e seus nautas sobre se estavam preparados para a missão universal que deviam cumprir: “E vós outros que os nomes usurpais/ De mandados de Deus, como Tomé,/ Dizei: se sois mandados, como estais/ Sem irdes a pregar a Santa Fé?”.

Vieira objectivou esse mandato assegurando que iria concretizar-se num Quinto Império Luso, de carácter religioso. Fernando Pessoa apressou-se a transformar esse Quinto Império da Fé em Império Cultural baseado na Língua Portuguesa, ou seja, fazendo dela uma Pátria, que, para ter sólidos fundamentos, devia utilizar uma língua que reunisse algumas “condições imediatas do Império da Cultura”, de entre elas: “uma língua apta para isso, isto é: rica, gramaticalmente completa, fortemente nacional”[1].

O brasileiro Sílvio Romero reformulou em 1902 essa tradição sugerindo que os territórios que falam Português fossem organizados num bloco defensivo para fazer face às cobiças de potências hegemónicas da Europa Central e a outras hegemonias expansionistas[2]. Sonhos estes que, na Modernidade, foram retomados por Agostinho da Silva desmontando o Império enquanto dominação de um Imperador, de uma cidade capital, e até do território da sua origem, propondo uma comunidade - a “Lusofonia” - , de natureza e vocação ecuménica. Refletindo sobre a vocação de Portugal e do Brasil: “Portugal [está] ante a obrigação de iniciar aquele ecumenismo que o mundo espera e que reúna num só todo religiões e raças, ecumenismo que nunca virá se os que o empreenderem se não despirem de todo o resquício que possa haver em suas mentalidades de capitalismo ou neo-colonialismo colonial, de conceitos de superioridade ou inferioridade de culturas, ou da ideia de que há religiões verdadeiras e outras que são falsas”[3].

Até aos nossos dias, estas formulações mais ou menos utópicas assentavam numa ideia de dominação colonial, claramente expressa pelo gramático espanhol Nebrija que na sua Gramática (1492) da garantia da existência de uma fazia garantir a existência da outra: “Una cosa allo y saco por concluir muy certo: que siempre tal manera le seguió que juntamente fué la caída de entrambos”[4].

Da mesma maneira, corroborando a ideia de Nebrija, o nosso gramático Fernão de Oliveira em sua Gramática da Lingoagem Portuguesa, de 1536, confirma esse ideal: “porque Grécia e Roma só por isto ainda vivem, porque quando senhoriavam o Mundo mandaram a todas as gentes sujeitas aprender suas lingoagens e em elas escreviam muitas boas doutrinas”[5].

Assim se pensava e fazia em todo o espaço colonial, nos vários continentes. Mas se, como concluia Agostinho da Silva, não havendo ninguém para ser quintoimperador, não havia lugar para um qualquer Quinto Império regido por uma nação. Assim se ultrapassou historicamente, no domínio linguístico, já nos nossos dias, a ideia de uma geopolítica da língua baseada no poder.

Por outras palavras e, segundo já ideia corrente na atualidade, a língua portuguesa deixou de ter o “dono” que era Portugal e passou a ser propriedade de oito países e várias regiões em regime semelhante ao do atual condomínio de habitação.
  1. 2. A ultrapassagem da relação
    Centro/Periferia

Conceito essencial em geopolítica nas diversas fases da história mundial, por exemplo, desde o Império Romano era o de que no Centro estava o Poder, e que a ele e aos seus critérios toda a Periferia se tinha de submeter. Assim, nos tempos modernos, ainda acontece no plano político a desigual correlação de forças entre os países dos chamados “primeiro mundo” e “terceiro mundo”, da dicotomia Norte/Sul, ou na tensão que opunha as potências de Este a Leste, especialmente durante a Guerra Fria, entre uns e outros e entre as metrópoles e suas colónias. Em consequência, assim se processam as estratégias do uso da força, do domínio e das alianças, ou do apaziguamento, promoção social, alfabetização…

Deste modo, numa sociedade colonial o exercício do poder, tanto em questões políticas, como culturais e linguísticas, foi sempre o de se impor o critério do Centro sobre o da Periferia (Metrópole / Colónia). E no interior de cada país ou colónia sempre se reproduzia essa mesma dinâmica.

Contudo, numa constelação de países soberanos que adotaram a língua do colonizador, essa prática que vigorou até às independências era a de o Centro fazer imposições à Periferia, não mais é admitida.

A partir das independências só é correta a prática linguística na Lusofonia a de o Centro ser também considerado Periferia, e as Periferias Centro.

Por outras palavras, na Lusofonia a estratégia atual da geopolítica linguística deve passar pelo respeito das antinomias e diferenças procurando-se a unidade na diversidade. Ou seja, o reconhecimento e consolidação das diversas variantes nacionais linguísticas na unidade da língua comum.

Conforme o ensinamento de prestigiados linguistas como Celso Cunha, António Houaiss, Lindley Cintra, Malaca Casteleiro, e hoje de aceitação consolidada, a Língua Portuguesa se reconhece enriquecida por três variantes de igual valor e dignidade: a portuguesa, a brasileira, a galega – normal ou língua -, e não tardará muito que outras surgirão nos outros países lusófonos.

É por isso que no relatório de Diretrizes para o Aperfeiçoamento do Ensino/Aprendizagem da Língua Portuguesa, elaborado por uma comissão nacional de língua (Abgar Renault, A. Houaiss, Celso Cunha, Celso Luft, Fabio Lucas, etc.), mandatada pelo Ministério da Educação do Brasil, se recomenda aos professores: “A emergência de variedades linguísticas postulou a existência de duas ou mais normas cultas de uma mesma língua de cultura. É o que ocorre com o nosso idioma no Brasil, em Portugal, em Angola, em Moçambique, em Cabo-Verde, na Guiné-Bissau e em São Tomé e Príncipe. O conceito de língua culta, conexo ao de norma culta, não coincide, pois, com o de língua de cultura. As línguas de cultura oferecem uma feição universalista aos seus milhões de usuários, cada um dos quais pode preservar, ao mesmo tempo, usos nacionais, locais, regionais, sectoriais, profissionais.”

Deste modo, as variedades nacionais que são línguas ou Normas Cultas se unem para formar a universalista Língua de Cultura que é a língua portuguesa, removendo-se os obstáculos que possam surgir a essa unidade, por exemplo, na ortografia.

Aliás, já nessa data de 1986, nesse mesmo documento se urgia na “imperativa necessidade de superar a anomalia da nossa língua de cultura como única a ter duas ortografias oficiais que criam prejuízo para a Lusofonia, tanto no âmbito particularista quanto em âmbito internacional”[6].
  1. 3. Território e Factores geográficos

Considerámos atrás, na dinâmica “centro/periferia” como ela foi ultrapassada pela tomada de posse da língua portuguesa por parte das nações, antigas colónias, logo que acederam à independência, consagrando-se essa posse pelo ato cheio de simbolismo da elaboração por todos aprovado do novo Acordo Ortográfico da língua comum.

Existe, porém, uma outra relação e tensão paralela que deve ser ultrapassada: a das consequências do factor geográfico incidindo sobre a língua.

Da mentalidade purista punitiva das “corruptelas linguísticas”, e da desconsideração pelos “dialectos”, “crioulos” e falares locais, já se passou para o ideal da prática lusófona reconhecendo não só as variedades da língua portuguesa, mas também respeitando e prestigiando a prosódia e o vocabulário que lhes são próprios. Até porque, desde há muito que se percebeu que as variações culturais o são também por influência climática, com efeitos determinantes no carácter prosódico e vocabular das normas.

Aliás, já Montesquieu no seu De l’Esprit de Lois tinha chamado a atenção para este problema observando que até as leis, tal como os costumes, também dependiam da influência do clima e de outros factores naturais. Depois de atribuir ao clima a diferença de nível de vida entre os povos do norte e os do sul da Europa, comenta: “Il y a de pays où la chaleur énerve le corps, et affaiblit si fort le courage, que les hommes ne sont portés à um devoir pénible que par la crainte du châtimant”[7].

Descontando o que há de determinismo absolutista nesta teoria, parece a todos obvio que, nos países quentes, os costumes, tal como a linguagem, são diferentes dos dos países temperados ou frios. Perspectiva esta que nos nossos dias foi também desenvolvida pelo geógrafo Karl Ritter em meados do século XIX ou por Elisée Reclus, Friedrich Ratzel e outros. Mais perto de nós, Gilberto Freyre, ao estudar a colonização portuguesa do Brasil, anota, em relação aos costumes e à língua portuguesa pelos brasileiros, a influência destes factores, também através dos escravos africanos: “Os negros foram os maiores inimigos que o clima, dos ss e rr, maiores corruptos da língua no sentido da lassidão e do langor. Mães negras e mocamas criaram um português diverso do hirto e gramatical que os jesuítas tentaram ensinar aos meninos índios e semibrancos, alunos de seus colégios; do português reinol que os padres tiveram o sonho vão de conservar no Brasil (…) / E não só a língua infantil se abrandou deste jeito, mas a linguagem em geral, a fala séria, solene, de gente grande, toda ela sofreu no Brasil ao contacto do senhor com o escravo, um amolecimento de resultados às vezes deliciosos para o ouvido. Efeitos semelhantes aos que sofreram o inglês e o francês em outras partes da América sob a mesma influência do africano e do clima quente”[8].

Já nesta citação se observa o efeito do multiculturalismo, pois no Brasil colonial várias etnias e culturas conviveram e se misturaram.

Nos nossos dias, essa é cada vez mais a situação de todos os países desenvolvidos.

Em consequência, qualquer iniciativa de geopolítica linguística tem de ter em conta a multiplicidade de culturas e línguas e o correspondente direito à diferença. Mas com uma alteração substantiva, porque a tensão “centro/periferia” mudou geográfica, cultural, económica e religiosamente as suas formas de expressão linguística e outras: a “Periferia” passou a integrar o “Centro”.

Aqui se aplica bem a reflexão de Edgar Moran sobre a “complexidade” e sobre a metáfora do holograma construída a partir da teoria óptica: cada vez mais, quer na escala maior das nações, quer na menor dos indivíduos, a totalidade do mundo está em cada uma das suas partes. Em consequência, tudo é sentido em toda a parte e por todos. Assim, nesta perspectiva hologramática, multicultural, estamos a considerar cada país da Lusofonia como “Centro” e os outros “Periferia”. Ao mesmo tempo, em razão da legitimidade multicultural, o ensino elementar da língua deve ser feito em cada “Centro” na língua materna, respeitando-se nele também as outras manifestações prosódicas, vocabulares e de estilo da língua e cultura dos que vieram da “Periferia”. Esta é regra fundamental para qualquer “centro” que seja comunidade de acolhimento.

Em boa prática geolinguística, quando um centro tem uma língua oficial diferente da sua materna, obviamente que o sistema de ensino deve adequar-se a essa dupla condição, para além de dever também ter em conta a adopção da “língua franca” atual, o inglês, indispensável para múltiplas movimentações intelectuais, sociais e laborais. Mas de maneira nenhuma aceitar a exigência de duas línguas francas, pois tal situação conduziria à não aprendizagem de outras línguas.
  1. 4. Controlo estratégico para o bem-comum

Grande é a diferença, nem sempre bem entendida, entre unidade e uniformidade.
As diversas variedades da língua portuguesa, como em qualquer língua de base de uma fonia, precisam de promover e acautelar a unidade, para que o diálogo seja possível, mas deve evitar e combater a uniformidade, contrária à diversidade cultural e ao tesouro expressivo de cada norma culta ou regional.

Muito lucidamente, Celso Cunha, refletindo sobre uma política para a língua portuguesa, assim define um dos seus maiores parâmetros: “A luta pela pureza do idioma foi um anseio do século XIX, ‘hoje não pode ser mais o nosso objetivo: nossa luta tem que ser para impedir a fragmentação do idioma comum’ [Dâmaso Alonso]. / Para lutarmos pela conservação da unidade relativa da nossa língua é necessário, obviamente, partirmos da realidade atual, isto é, da forma porque a utilizam efetivamente os meios cultos de cada país da comunidade idiomática.

A essa unidade superior da língua portuguesa dentro da natural diversidade que nos cabe preservar como fator interno de unidade nacional do Brasil e de Portugal e como o elo mais forte da comunidade luso-brasileira. (…) Não é, pois, uma unificação, uma uniformização da língua que proponho.”[9]

Fácil é entender, nesta perspectiva, a importância do Acordo Ortográfico que estabeleceu uma grafia comum para todos os lusófonos, respeitando integralmente a prosódia, o vocabulário, o estilo, etc. porque ortografia não é sinónimo de Língua.

Daí a importância que numa geopolítica da língua desempenham as Academias e seus dicionários, vocabulários, etc. na função de guardiãs dessa unidade na diversidade, ao mesmo tempo que se constata o erro e o perigo antigeopolítico de se criarem oficialmente organismos paralelos ou substitutos.
  1. 5. Instituições e estratégias da geopolítica linguística

O DESPERTAR DAS ACADEMIAS


Embora o pensamento sobre a Lusofonia não tenha sido elaborado pelas Academias das Ciências e Portuguesa de História, pois ele mergulha nas conhecidas raízes e inspiração de Vieira, Silvio Romero, Pessoa, Agostinho da Silva e outras personalidades portuguesas, grande passo em frente foi dado por estas Academias a partir de 1998 ao decidirem convidar para seus sócios correspondentes personalidades africanas de países das nossas antigas colónias.

Assim se completou ao mais alto nível a “Pátria da Língua”, já também valorizada por múltiplas iniciativas de universidades, centros de investigação, institutos culturais, associações de professores, etc.

É que uma coisa são os intercâmbios e os interesses de vária ordem político-profissional e outra a criação e institucionalização de um projeto comum que tem por centro a promoção da língua portuguesa, ao mesmo tempo que integra línguas e valores próprios das outras nações e regiões que se identificam como lusófonas. Algo de novo, pois, surgiu no final da década de 90 quando a Academia de Ciências de Lisboa integrou como sócios correspondentes personalidades dos países africanos, a juntar aos sócios correspondentes brasileiros que há já largos anos a ela pertenciam.

E o mesmo aconteceu, também nessa data, com a Academia Portuguesa de História que adotou igual procedimento.

Assim, à Academia das Ciências de Lisboa já pertencem personalidades de todos os países africanos, esperando-se para breve a entrada de um representante de Timor.

Aos académicos portugueses já se tinham juntado antes oito brasileiros para além de correspondentes estrangeiros.

Do mesmo modo, a Academia Portuguesa de História, aos sócios portugueses, de número e correspondentes, se juntam dez brasileiros e outros tantos africanos.

Quanto à Academia Brasileira de Letras, fundada em 1897, tendo por primeiro presidente Machado de Assis, orgulha-se de ter tido entre os seus membros mais dedicados à nossa língua comum António Morais e Silva, tão celebrado pelo seu valioso Dicionário e por estudos diversos de Lexicologia e Lexicografia. Admite esta academia, para além dos seus quarenta membros, vinte membros estrangeiros (sócios correspondentes), sendo dez portugueses, e tendo-se já aberto aos africanos com a entrada do moçambicano Mia Couto.

Também recentemente se iniciou a prática de reuniões conjuntas das Academias brasileira e portuguesa, tendo-se realizado a última reunião em Setembro de 2010 debatendo a obra de Gilberto Freyre Casa Grande e Senzala.

Quanto aos países lusófonos africanos, já surgiu em 2009 a Academia das Ciências de Moçambique, esperando-se para breve a criação de outras dos restantes países.

ORGANIZAÇÕES DE APOIO


Durante demasiado tempo, as relações luso-brasileiras eram excessivamente retóricas e de débil ou nula eficácia. Um tanto melhor vão agora as coisas na área da cooperação adentro da Lusofonia, mas ainda há demasiada timidez e falta de iniciativa na área internacional envolvente da Lusofonia, especialmente no relacionamento com as organizações africanas e latino-americanas. Mais se diria ainda no relacionamento com outra área que no futuro pode vir a desempenhar um papel muito importante: o da Latinidade, que cada vez mais se está a afirmar, face à dominante Anglofonia.

Por isso são generalizadas, e particularmente duras, algumas críticas aos dois órgãos da Lusofonia – CPLP E IILP -, especialmente vocacionados quer para o relacionamento político internacional, quer para uma geopolítica linguística de profundidade e de futuro.

Ao primeiro órgão censura-se a pouca eficácia, especialmente na resolução de conflitos e na acção diplomática para fora da Lusofonia, na defesa e promoção dos interesses da língua portuguesa nos sistemas escolares estrangeiros.

COMUNIDADE DOS PAÍSES DE LÍNGUA PORTUGUESA – CPLP

Criada em 1996 é, sem dúvida, o órgão mais autorizado para a condução de uma verdadeira geopolítica envolvente em relação à língua portuguesa. Por isso, criticá-la é estimulá-la, porque é indispensável a sua acção.

De tal maneira indispensável, que até se tornou apetecível por parte de outros países que desejam integrá-la ou relacionar-se como membros, observadores ou pretendendo, simplesmente, participar em algumas das suas reuniões. Assim tem acontecido com a Austrália, Indonésia, Ucrânia, Suazilândia, Guiné-Equatorial, quer para resolver questões de interesse comum, quer para outras formas de relacionamento com os países lusófonos.
Em nosso entender, nesta questão da língua, a CPLP tem cometido o erro de não ser capaz de pôr a funcionar o IILP, e ainda o de o regulamentar previamente de tal maneira que muito pouco ou insignificante esse instituto poderá fazer.

INSTITUTO INTERNACIONAL DA LÍNGUA PORTUGUESA – ILLP

Criado em 1989 pelos Chefes de Estado Lusófonos, tem sofrido história atribulada e existência/não existência mais que discreta.

É que ainda sem existência concreta foi integrado, se não na teoria, pelo menos na prática, sete anos depois, em 1996, na CPLP, então criada, e só em 2001 teve Estatutos aprovados. Como se não bastasse esta espera de doze anos para existir na realidade, tais Estatutos foram modificados em 2005 e tendo a CPLP em 2009 decidido reestruturá-los (!).

Neste ano 2010, ainda esperamos por ele. E, no entanto, a nosso ver, deve ser ele o grande instrumento de geopolítica da língua pois muitas importantes tarefas o esperam. É preciso que a lógica geopolítica leve o IILP a autonomizar-se em relação á CPLP, embora, obviamente, dentro dum quadro genérico de princípios e objectivos traçados pela mesma CPLP. Essa autonomização do IILP é indispensável, porque não é possível que o seu chamado concelho científico, apesar da sua louvável composição por membros de todos os países lusófonos, tenha um presidente não eleito pelos seus pares, disponha de um mandato de apenas dois anos, em regime rotativo e por ordem alfabética, não estando sequer garantido que eles sejam entendidos em questões da língua. Será isto um concelho “científico”? Por isso, alguns consideram o IILP um “nado-morto”.

Não queremos que o seja pois entendemos que ele deveria ser estruturado como um Instituto Universitário ou um grande Centro de Investigação com projectos ambiciosos, previstos para médio e longo prazo, porque são muitas e importantes as tarefas que o esperam: por exemplo, elaboração de Acordos Ortográficos (obviamente em ligação com as Universidades e Institutos de Linguística), vocabulários e dicionários comuns, processamento de terminologias cientificas e técnicas, nomenclatura gramatical que obtenha o consenso de todos para não se repetir aquela infeliz iniciativa unilateral portuguesa da Telebs (como se ainda vivêssemos num “centro” a dar ordens á “periferia”), a elaboração de uma gramática da língua portuguesa para toda a Lusofonia.

Belo exemplo de geopolítica e capacidade nos deu neste ano de 2010 a Espanha ao apresentar uma gramática única da língua espanhola aprovada e adoptada por todas as Academias espanhola e hispano-americanas.

E porque não organizar o já reclamado, há largos anos, Thesaurus das Letras e das Ciências da Lusofonia?

INSTITUTO CAMÕES

Tem sido, desde há largos anos, o Instituto Camões (IAC, ICLP, ICALP) quer na órbita do Ministério da Educação, quer dos Negócios Estrangeiros, o grande executor da verdadeira geopolítica da língua, através da condução do ensino da língua e cultura portuguesas no estrangeiro.

E tem-no feito meritoriamente, em aperfeiçoamento contínuo, não só enviando para o estrangeiro professores, leitores, criando Cátedras, Centros de Língua, Centros Culturais, mas desdobrando-se em outras iniciativas complementares, pois que para além dessa acção “presencial” tem recorrido à utilização das novas tecnologias para o ensino à distância, pela disponibilização de uma biblioteca digital, ao mesmo tempo que intervém na concretização dos Acordos Culturais, e concedendo bolsas a estudantes estrangeiros.

Para além disso, atribui também o prémio luso-brasileiro Camões instituído em 1989, tendo ele sido já atribuído a dez portugueses, nove brasileiros, dois angolanos, um moçambicano e um cabo-verdiano.

Embora com implicações menores numa geopolítica da língua, neste tempo em que tudo mudou para a dimensão multicultural, não deve o Instituto manter a ideia e a acção próprias de um “Centro” de carácter neo-colonial. Há que considerar uma reconversão de certas iniciativas antes louváveis, mas que, agora em tempo de coexistência “Centro/Periferia”, exigem uma concertação que leve a iniciativas conjuntas: no envio de professores e leitores, na edição conjunta de obras não só sobre a língua portuguesa mas também sobre as línguas e dialetos do que antes era periferia, etc.

ASSOCIAÇÃO DAS UNIVERSIDADES DA LÍNGUA PORTUGUESA – AULP

Fundada em 1986 na Cidade da Praia, Cabo-Verde, tem como objectivo intensificar os contactos entre as Universidades e outras instituições lusófonas pelo que admite várias categorias de membros.

Segundo os seus estatutos, deve “promover a apoiar as iniciativas que visem o desenvolvimento da língua portuguesa (…), promover projectos de investigação científica (…), incrementar o intercâmbio entre docentes, investigadores e estudantes (…), fazer circular informação científica, técnica, pedagógica e cultural. (…)”.

Tem realizado vários encontros nos diversos países lusófonos, devendo realizar-se o de 2010 em Macau.

Atribui o Prémio Fernão Mendes Pinto.

Em nosso entender (participamos em 1986 na criação da AULP), o intercâmbio entre as Universidades deve ser mais ambicioso sobretudo na informação dos projectos colectivos ligados à criação de áreas especializadas, na criação de um volume informativo de todas as Universidades e cursos do espaço lusófono e elaborando neste tempo, em que a tecnologia em tantos casos em vez de iluminar cega, promover aprofundada reflexão sobre questões como o Humanismo, a Lusofonia, os valores comuns, etc., etc.

UNIÃO DAS CIDADES CAPITAIS LUSO-AFRO-ASIÁTICAS - UCCLA

Nos seus Estatutos, revistos em Maputo em 2008, esta União “tem por objectivo principal fomentar o entendimento e cooperação entre os seus municípios – membros – pelo intercâmbio cultural, científico e técnico e pela criação de oportunidades económicas, sociais e conviviais, tendo em vista o progresso e bem-estar dos seus habitantes”.

Não referem os Estatutos qualquer objectivo relacionado com a língua, insistindo antes no cuidado em “promover o desenvolvimento de iniciativas económicas, comerciais e industriais pelas empresas com as cidades-membro.” Contudo, indirectamente, contribuem para o reforço da língua portuguesa nas instituições-membro e respectivos países.

Também promovem a língua e a cultura portuguesas, agindo especialmente nos países lusófonos, algumas fundações e instituições particulares de que convém destacar:

FUNDAÇÃO CALOUSTE GULBENKIAN

A Fundação Gulbenkian, cuja actividade se reparte por acções de concessões de bolsas de estudo e subsídios a financiamento de projectos externos de entidades diversas, tem, obviamente, ainda outros projectos e programas próprios, exercendo através deles atividade de reconhecido mérito.

Na área educativa, a missão do Serviço de Educação e Bolsas promove, em especial, a educação, completando-a com um plano de edições de referência, até porque sempre deu prioridade ao fomento da leitura. Nesta área é relevar o papel desempenhado pelas Bibliotecas Itinerantes, dando sempre especial importância à expansão e aperfeiçoamento do ensino da nossa língua.

Louváveis também os programas de desenvolvimento nos países africanos lusófonos não só na questão da língua mas também na divulgação do património cultural.

FUNDAÇÃO ENGENHEIRO ANTÓNIO DE ALMEIDA

Desde 1969 que esta Fundação sediada no Porto se preocupa especialmente em apoiar os serviços de edição e cultura dando especial atenção aos países de língua portuguesa de que é testemunho, por exemplo, o conjunto dos vários volumes de entrevistas de Michele Laban a escritores africanos.
Promovem ainda a língua portuguesa, sobretudo em África, várias organizações de cooperação e voluntariado salientando-se:

INSTITUTO PORTUGUÊS DE APOIO AO DESENVOLVIMENTO - IPAD

É por este Instituto que é coordenada a política de cooperação oficial instrumento de política externa, contemplando, preferencialmente, os países lusófonos, sem deixar de estar muito empenhado na cooperação internacional de Estado, no sentido da concretização dos Objectivos de desenvolvimento do milénio (ODM) das Nações Unidas.
De notar, em especial, o envio de cooperantes para os países lusófon
os. Foram eles, segundo dados publicados a três de Fevereiro de 2010, duzentos e trinta e seis.

FUNDAÇÃO EVANGELIZAÇÃO E CULTURAS – FEC

Criada em 1989, esta ONGD da Igreja Católica Portuguesa, para além das tarefas de evangelização, dedica-se intensamente ao trabalho nos países lusófonos. Como área de actividade privilegiada, os voluntários da FEC, desde o ano 2000, ocupam-se sobretudo de promover a saúde e a educação.

Este tipo de voluntariado tem como característica própria uma grande relação de proximidade com as populações.

Neste ano de 2010, partiram para missões de cooperação e desenvolvimento trezentos e sessenta voluntários. Para além desta fundação, outras organizações da Igreja existem, fomentando a Lusofonia, tais como os “Encontros dos Bispos Lusófonos”, desde 1996, a “Associação Leigos para o Desenvolvimento (LD)”, a “Rede Europeia ONGD Jesuítas”, etc.

PUBLICAÇÕES



DICIONÁRIO


Elementos úteis para a formação de uma opinião sobre a Lusofonia, pró e contra, e a Língua Portuguesa estão contidos no Dicionário Temático da Lusofonia (Fernando Cristóvão, dir. e coord., Lisboa, Texto Editores, 2005). Trata-se de um Dicionário Enciclopédico de mil páginas informando sobre as mais variadas matérias respeitantes aos oito países e regiões lusófonas: colaborado por 530 colaboradores de vários países e cerca de 30 Universidades e Institutos, em 536 entradas que vão desde conceitos de linguística a matérias de História, Geografia, Literatura, Arte, Património, Bibliotecas, Sistemas Políticos, Forças Armadas, Desportos, Gastronomia, etc., etc.

OBRAS DE REFERÊNCIA

1975 – S. Neves, Para uma Crítica da Razão Lusófona, Lisboa, Universidade Lusófona.
1998 – Maria Helena M. Mateus (coord.), Uma Política da Língua para o Português (Colóquio), Lisboa, Colibri.
1999 – Eduardo Lourenço, A Nau de Ícaro, seguido de Imagem e Miragem da Lusofonia, 2.ª ed., Lisboa, Gradiva.
2000 – Alfredo Margarido, A Lusofonia e os Lusófonos: Novos Mitos Portugueses, Lisboa, Universidade Lusófona.
2008 – Fernando Cristóvão, Da Lusitanidade à Lusofonia, Coimbra, Almedina.
2009 – José Filipe Pinto, Estratégias da ou para a Lusofonia?, Lisboa, ed. Profácio.


[1] Fernando Pessoa, in Joel Serrão (coord.), Sobre Portugal, Lisboa, Ática, 1978, p.229.
[2] Sílvio Romero, O Elemento Português, Lisboa, Companhia Nacional Editora, 1902, p.12.
[3] Agostinho da Silva, “Compostela – Carta sem prazo a seus Amigos”, Primeira de 1971, p.9.
[4] António de Nebrija, Gramática Castellana, Madrid, SGEL – Educación, 1992.
[5] Fernão de Oliveira, Gramática da Lingoagem Portuguesa, Lisboa, INCM, 1975, p.4.
[6] Ministério da Educação [Brasil], Diretrizes para o Aperfeiçoamento do Ensino/Aprendizagem da Língua Portuguesa, Rio/Brasília, Janeiro de 1986, pp.5-6.
[7] Montesquieu, De l’Esprit de Lois, Livre XV, cap.VII, Paris, Garnier-Flammarion, 1979, pp.394-395.
[8] Gilberto Freyre, Casa Grande e Senzala, 51.ª ed., revista. São Paulo, Global, 2006, pp.414-415.
[9] Celso Cunha, Uma Política do Idioma, Rio, Livraria São José, 1964, pp.34-35.


Fonte: Observatório da Língua Portuguesa 



martes, 15 de marzo de 2011

Entrevista con Nicolás Suescún: "En Colombia no se da o es rara la oportunidad de traducir cuentos o novelas"

Una entrevista  con el escritor y traductor colombiano Nicolás Suescún (Bogotá, 1937), realizada por Jeannette Insignares, presidente de la Asociación Colombiana de Traductores e Intérpretes (ACTI) y publicada en Mutatis Mutandis (Vol. 3, Nº2, correspondiente a 2010), revista semestral colombiana dedicada a la traducción y a la traductología.

La poesía no se pierde en la traducción,
es precisamente lo que queda en la traducción

El poeta, cuentista, traductor, editor y periodista bogotano Nicolás Suescún fue galardonado con el Premio Vida y Obra 2010 de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, reconocimiento que destaca, cada dos años, a un artista que haya realizado un aporte fundamental a la cultura de la ciudad. El Premio Vida y obra se entrega por segunda vez en Bogotá. El primer ganador fue el dramaturgo e historiador Carlos José Reyes, en 2008. Nacido en 1937, Nicolás Suescún estudió humanidades, historia y literatura en la Universidad de Columbia (EE. UU.) y en la Escuela de Altos Estudios de París. Desde los años 60, su aporte al desarrollo cultural de la ciudad ha sido enorme: en esa década fue librero de la mejor librería de la época, la Librería Buchholz. Su obra literaria abarca libros de cuentos como El retorno a casa (1971), El último escalón (1974), y El extraño y otros cuentos (1980). También escribió la “antinovela” Los cuadernos de N (1994) y los libros de poesía La vida es (1986), La voz de nadie (2000) y Este realmente no es el momento (2009). Ha sido traductor del inglés y del francés de obras literarias de escritores claves como Rimbaud, de quién trasladó al español la mayor parte de su obra; y de Flaubert, de quién tradujo su gran novela Madame Bovary. A su vez, Suescún ha traducido al inglés poetas colombianos como Raúl Gómez Jattin, Mario Rivero, María Mercedes Carranza, Piedad Bonnett, Porfirio Barba Jacob, Fernando Charry Lara, y Jota Mario Arbeláez. En otros géneros, como el periodismo, tradujo el conocido Los periodistas literarios, de Norman Sims, entre otros. Como periodista, fue jefe de redacción de la revista Cromos, en donde ha dejado huella, también, con sus artículos sobre política y sobre la actividad cultural internacional. Dirigió la revista Eco y ha sido colaborador de El Tiempo y El Espectador.

¿Usted como se identifica, como poeta, traductor, cuentista?
Cuentista, poeta y traductor.

¿Pero en su vida diaria qué trabaja más?
En la traducción, porque con los cuentos y la poesía no se gana mucho dinero.

¿Para qué editoriales trabaja?
He trabajado para varias, pero en el último año y medio no he tenido libros para traducir. Trabajé cerca de treinta años traduciendo un libro tras otro de literatura, de historia e incluso de administración y ciencias sociales. Por ejemplo he traducido a Madame Bovary, En poesía he traducido casi toda la obra de Rimbaud, y centenares de poemas al español y al inglés.

¿Qué lo llevó a traducir a Madame Bovary teniendo en cuenta que ya había sido traducido al español?
Había tres o cuatro traducciones, pues es una de las grandes novelas de la literatura universal, y éstas son traducidas generación tras generación, y a veces, con el auge de la edición, simultáneamente en varios países.

¿Por qué lo quiso traducir?
No busqué traducirlo, pero fue un placer enorme hacerlo porque era uno de mis libros favoritos. Flaubert, que era perfeccionista hasta un grado extremo, duró seis años escribiéndola.

Pensé que sentía que había algún vacio o que le faltaba algo…
No, uno no puede escoger la traducción, realmente. Acá en Colombia no se puede. En Estados Unidos y en Europa los editores pueden proponerle libros a traductores muy conocidos, quienes no siempre tienen que esperar que las editoriales se las encarguen. Este no es el caso en Colombia donde la industria editorial es tan pobre. El caso de Madame Bovary, fue excepcional: Norma estaba publicando una colección de novelas clásicas. Pero en general uno como traductor no puede escoger. Sin embargo, yo escogí traducir a Rimbaud, para El Áncora Editores, que estaba empezando a publicar una colección de traducciones de poetas. Felipe Escobar, el editor, me propuso traducir a algún poeta para la colección y yo de inmediato le dije que quería traducir Temporada en el infierno, la obra más famosa del gran poeta francés. Como le fue tan bien a ese libro entonces traduje luego Iluminaciones y después el Barco Ebrio que es un poema de cien versos y que publiqué luego con un prólogo y notas. También traduje para El Áncora Editores una selección de la Poesía Escogida del gran poeta irlandés William B.Yeats.

¿Se siente entonces muy a gusto traduciendo poesía?
Sí, la traducción de poesía para un poeta es algo que se acerca mucho a la creación, es una recreación, en cierto modo un acto de suplantación del poeta, lo cual no quiere decir, en mi caso al menos, que se trate de una versión libre, todo lo contrario: el traductor debe ceñirse al significado. Yo he traducido mucha poesía al español y también al inglés, idioma al que sólo he traducido poesía, aunque podría traducir otro tipo de textos, de historia por ejemplo. Pero no tuve nunca la oportunidad. En cambio, he traducido selecciones de unos sesenta poetas colombianos de ocho nueve o diez poemas, publicados en forma bilingüe en la página holandesa, Poetry Interrnational por encargo de Fernando Rendón, el director del Festival de Poesía de Medellín.
Yo puedo traducir al inglés porque mis padres eran pobres y una tía, Lucrecia de Meek, me pagó toda la educación. Empecé el bachillerato en el Instituto del Carmen, pero cuando llegué a tercero perdí el año. Mi tía, me mandó entonces a una escuela militar en Estado Unidos; yo no sabía nada de inglés pero allí viví cinco años y medio; estuve tres años y medio en la escuela militar y dos años en Culumbia University. Con este tiempo el inglés se volvió casi un idioma materno y desde entonces leí más en inglés que en español, incluso a muchos autores de otras lenguas, porque al inglés se traduce mucho más que al español, y con algunas excepciones me parecen mejor. Entre otras cosas, yo fui el mejor en inglés en el colegio durante esos tres años y medio, no porque fuera yo muy inteligente o inquieto sino porque los muchachos que van a esas escuelas no son los más brillantes, y fue así como terminé siendo el mejor en inglés. Es un idioma muy bello, muy rico, mucho más vivo que el español… Shakespeare por ejemplo usó unas treinta y seis mil palabras: inventaba palabras que no se volvieron a usar nunca y muchas que quedaron en la lengua. Cervantes, su contemporáneo, usó dieciséis mil, es decir, Shakespeare usó veinte mil palabras más porque el inglés tiene la raíz principal que es el anglosajón y este es un idioma germánico del norte de Europa y los franceses conquistaron Inglaterra y la gobernaron durante dos siglos, y fue así como todas las palabras del francés entraron a formar parte del vocabulario de los ingleses. Para entonces, ya se había formado el inglés con base en el anglosajón, así como los españoles habían formado el español con el latín. La diferencia entre estas lenguas reside entonces en que el inglés tiene todo el vocabulario francés, prácticamente las mismas palabras de origen latino del español. Pero el inglés también tiene una característica que ya es algo cultural, y no del mismo idioma, sino el hecho de que han adoptado muchísimas palabras de todos los idiomas del mundo y, de acuerdo a la frecuencia del uso las incluyen en los diccionarios. El inglés es pues un idioma muy flexible que enriquece constantemente su vocabulario ya sea adoptando palabras o dándole un nuevo uso a las ya existentes, y además tiene una gramática muy sencilla que le ha permitido absorber toda clase de palabras. Ya Shakespeare usaba muchas palabras del francés y a lo largo de los siglos los escritores fueron enriqueciendo el idioma porque han gozado de una libertad imposible en el español o el francés, limitados por la academia, mientras que los pueblos de habla inglesa, que están regados por el mundo, basan su vocabulario en el uso. Por otro lado las personas incultas en los países de habla inglesa sólo usan no más de mil o mil doscientas palabras, todas de origen anglosajón, pero se valen de la flexibilidad del idioma, que permite, por ejemplo, todas las combinaciones del verbo to go y las preposiciones. Prácticamente se pueden combinar todos los verbos, y los sustantivos y adjetivos adquieren nuevas acepciones.

Cómo nos ven a los traductores colombianos en el exterior especialmente a los traductores literarios?
Pues traductores literarios no hay muchos en Colombia. Acá se publican pocas traducciones puesto que la industria editorial es tan pequeña, y los editores no tienen la posibilidad de comprar los derechos de traducción como sí lo hacen España y, en menor escala, Argentina.

Hablando de derechos de autor, ¿cómo le ha ido a usted con ello?
Uno generalmente no tiene derechos por traducción. Excepcionalmente, yo tuve derechos por las traducciones de El Áncora, que me ofreció pagarme la traducción o los derechos. Yo preferí los derechos porque era muy poco lo que pagaban por la traducción, y me fue muy bien porque por ejemplo Temporada en el Infierno, por el título tal vez, se vendió muy bien y hubo varias ediciones y durante años me pagaron derechos, no mucho por tratarse de ediciones pequeñas, claro está, pero bastante más de lo que me hubieran pagado en un contado.

¿Cuándo empezó a hacer traducciones y qué personajes participaban en esa labor?
Hace ya tanto que ya no recuerdo. Las empecé a hacer por gusto y luego como una forma de ganarme la vida, bastante difícil por cierto aquí en Colombia.

¿Cómo llegó a la traducción?
Como le dije, por que aprendí bien el inglés y porque el francés me gustó mucho y lo aprendí desde la escuela militar donde había un profesor rumano francés muy bueno. Lo perfeccioné luego en la universidad y luego durante dos años que viví en París.

¿Cuál traducción le ha parecido más difícil y por qué?
Ha habido poetas para traducir al inglés que me han parecido difíciles por ejemplo Barba Jacob… muchos poetas formales que no escribían poesía como se escribe ahora en verso libre. Por ejemplo Madame Bovary fue difícil porque aunque el francés es más fácil que el inglés es un libro que se puede decir perfecto. Flaubert, un burgués que no tenía que trabajar y vivía de la renta era muy cuidadoso con su estilo, no repetía palabras y siempre buscaba palabras distintas para expresar la misma cosa, entonces eso fue difícil. Mallarmé es difícil de traducir porque quería comprimir lo máximo de su significado.

Pero digamos ¿qué le cuesta más traducir, al español, al inglés, es igual de difícil o de todas maneras hay una preferencia al español por ser el idioma materno?
Yo no sé… es que el inglés… yo domino el inglés pero no lo hablo y me parece que el inglés tiene más recursos que el español y todo el mundo se queda sorprendido porque yo les digo que sólo puedo traducir poesía, porque la poesía es el género más difícil para traducir, pero lo que pasa con las novelas es que usan mucho el lenguaje hablado que es mucho más difícil. Tal vez yo podría traducir ciertas novelas clásicas (no Dickens, por ejemplo, que usa muchas palabras del argot de la época), pero no las novelas o cuentos del siglo XX que tienen diálogos, lo que hace mucho más difícil la traducción puesto que el argot cambia con el tiempo. Muchas palabras que se usaban hace pocos años ya no se usan hoy. Pero como ya te dije, de todos modos, en Colombia no se da, o es rara la oportunidad de traducir cuentos o novelas.

¿Qué piensa de la situación actual de la traducción literaria en Colombia?
Que es muy difícil ser traductor literario. Yo soy uno de los que más tiene experiencia y como le dije al comienzo, no me han dado traducciones desde hace un año y medio; hace tiempo durante tres décadas traduje seguido. Entre las traducciones que he hecho, fuera de varios libros de historia de autores franceses, está ese libro fantástico que se llama El río de Wade Davis, un antropólogo canadiense de la Universidad de Harvard, que viajó a Colombia y escribió este libro interesantísimo. Me han felicitado mucho más por esta traducción que por mis propios libros; fue bastante difícil por la cantidad de términos geográficos y antropológicos.

Veo que tiene una foto de Jattin ¿tradujo poemas de él?
Traduje treinta y tres poemas para un edición de su obra completa.

Me imagino que alguien difícil de traducir fue León de Greiff.
Traduje como diez poemas de él y fue muy difícil, me costó mucho trabajo por la riqueza del vocabulario; usaba muchas palabras arcaicas y neologismos. Pero este desafío que implica la traducción es lo que la hace fascinante. Alguien decía que “la poesía es lo que no está en la traducción”, yo digo lo contrario: “la poesía es lo queda en la traducción”, a veces, sin embargo, como en el caso de León de Greiff, es una pálida sombra del original porque de todos modos se pierde la “música”.

lunes, 14 de marzo de 2011

El traductor, ese animal (a)social

El trabajo del traductor autónomo, todo el día parapetado detrás de un ordenador y normalmente encerrado en casa, es muy solitario. El contacto con el mundo exterior dentro del ámbito profesional suele limitarse a las relaciones con los clientes, en las que, para más inri, se usa más el correo electrónico que el teléfono, que dentro de lo que cabe es un medio de comunicación más personal y cercano (al menos oyes la voz de la otra persona). 

En estas condiciones no es extraño sentirse aislado del mundo, solo en medio del mar, sin nadie con quien identificarte, que te comprenda y con quien poder dialogar de los temas que preocupan a cualquier traductor. Por todo ello es conveniente salir de la cueva de vez en cuando y socializar, tanto en persona como en la amplia comunidad virtual de traductores, lo cual nos permitirá no solo establecer relaciones personales con otros profesionales del gremio, sino también tejer una red de contactos que pueden sernos útiles en nuestro trabajo para conseguir clientes u obtener ayuda cuando la necesitamos. Pero ¿qué herramientas podemos usar?
  • Listas de distribución: las listas de distribución nos permiten conocer a otros traductores, estar al corriente de todo lo que se cuece en el mundo de la traducción, aprender cosas nuevas sobre infinidad de temas que nos afectan (terminología, lengua, fiscalidad, marketing, legislación, etc.), pedir ayuda cuando la necesitamos y ayudar a los demás cuando lo necesitan, darnos a conocer como profesionales y demostrar lo competentes que somos, entre otras muchas ventajas. En España, la lista más importante sobre traducción probablemente sea Traducción en España, a la que os recomiendo fervientemente que os suscribáis si no lo habéis hecho ya. Eso sí, antes de lanzaros a escribir mensajes, tened en cuenta las recomendaciones que os di en este artículo.
  • Blogs: dado que los blogs son una especie de diario personal, nos permiten exponer ideas sobre cualquier asunto que nos apetezca y expresar nuestra opinión sobre él. Si están bien escritos y seleccionamos bien los temas, aportaremos un gran valor a la comunidad internauta y seremos reconocidos como creadores de contenidos. Ese prestigio profesional puede conllevar oportunidades de negocio. A la derecha encontraréis una interesante selección de blogs de traducción.
  • Redes sociales: las hay exclusivamente profesionales, como LinkedIn o Xing; las hay específicamente diseñadas para traductores, como Traditori, y las hay que pueden usarse con fines profesionales o personales, como Facebook o Twitter. En cualquier caso, son herramientas que, bien utilizadas, pueden ayudarnos a crear una importante red de contactos y promocionar nuestros servicios.
  • Asociaciones: ser socio de una asociación de traductores tiene varias ventajas. En el caso de Asetrad, la asociación a la que pertenezco, son las siguientes (entre otras): consigue descuentos en productos varios (libros, software, cursos de formación, etc.); organiza cursos, seminarios y otras actividades de interés; resuelve las dudas jurídicas de sus socios a través de su foro jurídico; mantiene una bolsa de trabajo y un directorio de traductores que pueden ayudarnos a encontrar clientes; defiende nuestros intereses y lucha por mejorar nuestra situación laboral; refuerza la imagen de seriedad y profesionalidad de los traductores, y, por supuesto, nos permite estar en contacto con otros colegas. Pero para mí, la ventaja más importante de ser socia de Asetrad es sentirme parte de un colectivo cohesionado. Ya sabéis: la unión hace la fuerza.
  • Encuentros personales: las conferencias, los cursos, las asambleas de las asociaciones, las cenas y tertulias informales son excelentes oportunidades para conocer en persona a otros traductores y darnos cuenta de que detrás de los mensajes que leemos en los diversos foros hay personas de carne y hueso, que sienten y padecen, que tienen sentido del humor, que disfrutan entablando conversación, que tienen una vida aparte de la traducción e incluso aficiones más allá del ordenador, y es agradable descubrir esa parte humana.
En definitiva, os animo a todos a que hagáis el esfuerzo de relacionaros con otros compañeros de profesión, porque la recompensa merece mucho la pena.

Isabel García Cutillas



domingo, 13 de marzo de 2011

Para quienes estudian a Borges como traductor

Luego de la publicación de la entrada del día de ayer, este blog ha tenido la grata sorpresa de que la Dra. Martha Pulido (Dr. Humanistic and Literary Sciences, Université de Paris, France; Literature and Translation Full Professor and Researcher; Director Research Group on Translation Studies http://docencia.udea.edu.co/idiomas/traductologia directora de la revista de estudios de traducción Mutatis Mutandis de la Universidad de Anitoquia, Colombia), se ha puesto en contacto con nosotros para enviarnos la siguiente convocatoria. 
 
 
 
 

Convocatoria
Borges y la traducción
Paralelamente a su trabajo como escritor, Borges se dedicaba a la labor traductiva. Y es que andaba en buenas compañías: Faulkner, Woolf, Kafka, Hawthorne, Poe, London, Wilde, entre otros ¿Cómo puede ser el original infiel a su traducción? Para Borges el traductor literario crea una obra literaria nueva. Pero no se detiene allí. Borges trae a la traducción una especie de escritura del desastre en el sentido blanchotiano. La escritura traductiva borgiana explota en nuevas escrituras. Asunto controvertido, ¿hasta dónde debe intervenir el traductor? En todo caso, queda claro que la traducción promueve en Borges su trabajo creativo, y que él es un traductor abiertamente visible, intervencionista y libertario. La traducción le provee de la fuerza necesaria para crear su propia obra. Invitamos a los colegas de la disciplina a enviarnos artículos referentes a este tema de escritura traductiva, alrededor de la figura de Borges.

Fecha límite de recepción de artículos abril 30 de 2011. Enviar artículos a rmutatismutandis@gmail.com o a través del sistema de la revista.
 

Call for Papers
Borges and Translation
In addition to his work as a writer, Borges also devoted his efforts to the task of translation. And he was in good company: Faulkner, Woolf, Kafka, Hawthorne, Poe, London, Wilde, among others. How can the original work be unfaithful to its translation? For Borges, the literary translator creates a new literary work. But he does not stop there. Borges brings to translation a new kind of writing of the disaster in the Blanchotian sense. Borges's writing on translation explodes with new writings. A controversial matter: to what extent is it acceptable for the translator to intervene? At any rate, it is clear that translation promotes in Borges his own creative process, and that he is an openly visible, interventionist and libertarian translator. Translation provides him with the necessary strength to create his own work. We'd like to invite translation scholars to contribute papers that focus on this matter of writing and translation, particularly in relation to Borges.

Deadline for the reception of articles April 30th 2011


Appel à contributions
Borges et la traduction

A côté de son travail d'écrivain, Borges s'est adonné à la traduction. Et il était en bonne compagnie: Faulkner, Woolf, Kafka, Hawthorne, Poe, London, Wilde, entre autres. Comment se fait-il que l'œuvre originale soit infidèle à sa traduction? Pour Borges, le traducteur crée une œuvre littéraire nouvelle. Mais, il ne s'arrête pas là. Il ramène la traduction à une sorte d'écriture du désastre dans le sens blanchotien. L'écriture traductive borgienne explose dans des écritures nouvelles. Une affaire controversée. Jusqu'à où le traducteur doit-il intervenir? En tout cas, il est clair que la traduction nourrit chez Borges son travail de création, et qu'il est un traducteur ouvertement visible, interventionniste et libertaire. La traduction lui donne la force nécessaire pour créer son propre œuvre. Nous invitons les collègues de la discipline à nous envoyer des articles concernant  l'écriture traductive autour de la figure de Borges.
 
Réception d'articles jusqu'au 30 avril 2011